A lo largo de los años, la selección de la raza se ha orientado hacia el aumento de la producción de leche, con una serie de cambios. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la morfología, ya que los frisones (antiguo nombre de los holstein) se consideraban, en aquella época, una raza mixta, de tamaño medio, ligeramente más musculosa y con una producción de leche inferior a la actual. También tenían ubres que no estaban tan bien sustentadas, lo que significa que la selección de ubres no era un criterio de selección primordial en aquella época.

Estos animales presentan características funcionales ventajosas, como una buena salud mamaria, revelada por índices positivos de células somáticas y la prevención de la mastitis. También muestran altos índices de fertilidad, esenciales para la supervivencia a largo plazo de los rebaños lecheros.

Hasta ahora, la morfología de la raza Holstein ha evolucionado considerablemente, evolucionando hacia animales más grandes, con menos carne y huesos más visibles, capaces de producir más leche para satisfacer las demandas de la industria alimentaria. Esto se acompañó de un trabajo de selección de la morfología de las ubres para que se adaptaran mejor al ordeño robotizado, con un mejor acoplamiento y una longitud óptima de los pezones.

Los sementales de esta raza son famosos por transmitir genes de longevidad, lo que significa que su descendencia tiende a tener una vida productiva prolongada. Además, las altas puntuaciones de facilidad de parto indican que los terneros de este semen tienen más probabilidades de nacer sin complicaciones, lo que reduce el estrés y los costes para el ganadero.